Con el impulso del fideicomiso de Jardines del Pillahuincó y la participación activa de los vecinos, se concretó una iniciativa que marca un nuevo capítulo en el vínculo entre la comunidad y el entorno natural.

El fideicomiso cedió un espacio verde del loteo para ser apadrinado y cuidado por un grupo de vecinos, quienes lo transformaron en el Paseo de la Colina: un recorrido entre sierras donde se plantan especies nativas como chañar, molle, espinillo, acacia visco y cinacina, elegidas por su bajo requerimiento de mantenimiento y su adaptación al ecosistema local.

El proyecto propone un sendero con un inicio y un final definidos, donde el visitante puede caminar entre árboles autóctonos, reconociendo la flora que naturalmente habita la zona. La consigna es no intervenir el pastizal existente, conservando así la autenticidad del paisaje serrano.

Durante la primera jornada de plantación, muchos vecinos se acercaron a participar, fortaleciendo el espíritu comunitario del barrio. Jardines, por su parte, donó los árboles y tutores, y se comprometió a realizar el sistema de riego para garantizar el crecimiento de las especies.

El Paseo de la Colina no solo es un espacio verde; es una muestra de lo que se puede lograr cuando comunidad y naturaleza trabajan juntas.